APARATO:

(*) PLUVIÓGRAFO

AUTOR: Ramón Baylina
LUGAR: Sort, Lérida.
DESCRIPCIÓN:

El más usado es el de sifón que es exteriormente como un pluviómetro, pero que en el interior del depósito donde se recoge la precipitación (a) hay un flotador unido a una varilla (b) terminada en una plumilla (c) que va registrando la precipitación caída en un papel milimetrado, con una altura que va entre 0 y 10 l/m2, colocado en un tambor (d). A medida que el depósito se llena, el flotador asciende y hace que la plumilla se mueva hacia arriba; a este movimiento se le une el que tiene el tambor en horizontal, a modo de reloj y preparado para mediciones diarias, semanales o mesuales.
Este aparato se completa son un tubo curvado hacia arriba que sale casi del fondo del depósito, en forma de sifón (e). El nivel más alto corresponde con el máximo de la banda donde se registra la precipitación; cuando se alcanza esta medida, el agua sale por el sifón, produciéndose un descenso automático de nivel y el aparato está listo para continuar su registro.
Con el pluviógrafo se determina la hora de comienzo y de finalización de la precipitación, así como su intensidad -litros por metro cuadrado caídos en una hora-. Hay que tener mucho cuidado con este término, porque cuando oímos que la precipitación recogida en una hora ha tenido una intensidad determinada, no quiere decir que haya caído toda esa cantidad; significa solamente que, si la precipitación hubiera continuado con esa intensidad durante una hora, se hubieran recogido los litros indicados.

MANTENIMIENTO:

Mantener limpio de impurezas el final del embudo para que la precipitación pueda escurrir perfectamente hasta la vasija interior.
No olvidar dar cuerda al reloj que hace girar el tambor registrador.

(*) Pinchando en la foto se abrirá una nueva página con la imagen ampliada. Pluviógrafo.